El test del buen blogfesor

Ilustración de Alberto Valero

¿Te has parado a pensar alguna vez si eres un buen blogfesor o una buena blogfesora? Ahora tienes la oportunidad de saberlo haciendo este test. Como el test es muy difícil (igual que la labor de blogfesor), hemos dejado pistas que te ayuden a realizar la prueba. Si al final aciertas más de siete preguntas sobre las diez de que consta el test, entonces eres un buen blogfesor.

Para demostrar que este test tiene una función práctica, lo vamos a utilizar para seleccionar a los blogfesores que van a acudir al Encuentro de Blogfesores en Madrid. Como nos gusta la excelencia, sólo se aceptará a quienes, de las diez preguntas, acierten más de nueve.

El término blogfesor se debe al ingenio de Mario Núnez, que lo utilizó en su artículo "Soy un blogfesor". Conviene leer este excelente texto antes de hacer el test.

Instrucciones para realizar este test:

• Señala con el puntero del ratón la única respuesta correcta de cada pregunta.
• Cuando acabes, pulsa el botón Puntuación. En el cuadro de texto situado a la derecha del botón se informa de los aciertos y del porcentaje obtenidos.
• Los cuadros de textos pequeños que están debajo de cada pregunta avisan si la respuesta es correcta o errónea.
• En cada pregunta tienes el botón Pista. Al pulsarlo aparecerá una ventana con un texto que te ayudará.
• A continuación, puedes corregir las frases que no hayas contestado bien y volver a apretar el botón Puntuación. Esta operación la puedes repetir las veces que quieras hasta responder bien a todas las preguntas.
• Si quieres volver a realizar el test, pulsa el botón Repetir test.

El test del buen blogfesor

1. Un alumno te pregunta en qué año se descubrió América. ¿Qué haces?

Dudas (porque no hay nadie perfecto), y le dices que haga un trabajo para mañana sobre el Descubrimiento.
Le dices que lo busque en la Wikipedia, que para eso está.
Le dices que vaya a molestar a su madre.

2. Estás en el aula de informática con veinte alumnos y diez ordenadores. De repente, dos ordenadores deciden estropearse. ¿Qué haces?

Vas a avisar al profesor que se encarga de arreglar los ordenadores, pero te detienes cuando recuerdas que ese profesor eres tú.
Dices: "¡Vaya por Dios!", e indicas a tus alumnos que se repartan como puedan entre los ordenadores que funcionan.
Por tu mente pasan las tres horas horribles que dedicaste ayer a arreglar otros tres ordenadores que se estropearon. Te gustaría decirle a tus alumnos: "¡Coged un hacha cada uno y destruid todos los ordenadores!".

3. Estás en internet, y al cabo de un rato te das cuenta de que muchas páginas que visitas están en inglés y no te enteras de nada. ¿Qué haces?

Utilizas el primer traductor de páginas que encuentras. Al menos así te enteras de la mitad.
Vas a una página donde explican las siglas y los acrónimos ingleses utilizados en las nuevas tecnologías. Con eso y con el poco inglés que recuerdas del Bachillerato, puedes ir tirando.
Te matriculas en un curso de inglés a distancia por internet. Al menos así te enterarás de la mitad dentro de un año.

4. Es fin de semana y tus alumnos te envían mensajes relacionados con tu bitácora o las suyas. ¿Qué haces?

Contestas a todos los mensajes con cara de agradecimiento, pensando que tu labor está funcionando bien.
Piensas: "¡Ya se podían dedicar a ver la tele y a salir con sus amigos en vez de molestarme el fin de semana!".
Piensas: "Tendré que decirles que esto de las bitácoras es para hacerlo dentro del horario de clases. El fin de semana que disfruten, pobrecitos".

5. Una de tus alumnas escribe un texto en el blog y comete muchas faltas de ortografía. ¿Qué haces?

No le dices nada, pero piensas: "¿Y el profesor de lengua de esta chica qué hará en sus clases?".
No le dices nada, y, cuando acaba la clase, le borras sin misericordia el texto de la bitácora.
Le dices: "¡Pásale rápidamente el corrector ortográfico, que esto es un centro educativo, y el blog lo lee mucha gente!".

6. Son las once de la noche. Tu pareja te dice: "Cariño, vamos a la cama a hacer eso que tú sabes". ¿Qué haces?

Piensas: "¿Hacer eso que yo sé? ¡Ah sí, un blog!", y le dices: "Espera, que voy a por el portátil".
Piensas: "¡Qué bien, hoy mojo (después de cuatro meses de sequía)!".
Le dices: "¡Prepárate, que ya voy, fiera!".

7. Son las tres de la mañana y estás pegado al ordenador. Te tienes que levantar a las siete. ¿Qué haces?

Te quedas dormidito como un niño encima de la mesa donde bulle tu ordenador.
Sigues golpeando las teclas airadamente sin mirar al reloj porque tienes que terminar un texto de tu bitácora.
Piensas: "¡Huy, qué tarde! ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Menos mal que mañana hay huelga de estudiantes!".

8. El médico te ha prohibido fumar, beber y navegar más de dos horas al día por internet. ¿Qué piensas?

"La vida ya no tiene sentido".
"¡Pero con dos horas no tengo tiempo para nada! ¡Si hago caso a este médico, me voy a poner peor!".
"Con dos horas tengo tiempo suficiente para escribir mi bitácora y leer las de mis alumnos. Lo primero es la salud".

9. Una persona te hace un comentario en tu blog y te dice que no tienes ni idea de nada. Le contestas con otro comentario. ¿Qué le dices?

"Es usted un maleducado, y váyase a molestar a su madre". (Luego te das cuenta de que esta respuesta te ha salido así por deformación profesional).
"Pues, mire usted: yo soy licenciado en nuevas tecnologías por una universidad privada. Tengo másteres, cursillos y bla, bla, bla...".
"¡Pero si en internet no hace falta saber de nada, porque los demás completan tu información!".

10. Escribes en tu blog un artículo criticando con dureza el actual sistema educativo y argumentando que es necesario que en las aulas haya dos ordenadores por alumno. ¿Qué piensas luego?

"Es que si se estropea un ordenador (lo que es muy habitual), el alumno puede usar el de repuesto".
"Es que si no se exagera el problema, no te hacen ni caso. Por pedir que no quede. Aquí el que no llora no mama".
"Es que el sistema educativo se arregla con más dinero y con más ordenadores".

Experiencias propias y ajenas

En todo proceso creativo son muchas las ideas, las experiencias, las imágenes, las palabras y otros elementos que pasan por nuestra mente de manera más o menos consciente cuando nos encontramos sumergidos en nuestra creación. Para hacer este test del buen blogfesor, por ejemplo, me vinieron a la cabeza algunas experiencias de blogfesores cuyas bitácoras suelo leer. Naturalmente, no son estos los únicos blogfesores que admiro por uno u otro motivo, pues las ideas surgen de un lado o de otro sin saber por qué, pero quiero dejar constancia aquí de su influencia en este test:

• En la pregunta 2 está la desesperante experiencia cotidiana con sus desordenadores que nos cuenta Lourdes Barroso de vez en cuando, y también la de Maise y Paco, mis compañeros de aula de informática, y que yo he sufrido muy de cerca.
• La pregunta 3 me la inspiró Fulgen con sus esfuerzos por aprender inglés en internet.
• Alguna de las respuestas de la pregunta 4 me la inspiraron los profesores que creen que los estudiantes sufren mucho en sus clases y que necesitan descansar a sus anchas los fines de semana.
• La experiencia de la pregunta 5 me pasa a mí muchas veces con mis alumnos, y siempre contesto literalmente lo mismo, o sea, la respuesta correcta.
• La pregunta 8 surgió de la visita que Paco Muñoz de la Peña hizo al médico porque se sentía mal, y que nos contó en su bitácora.
• En la pregunta 10 creo ver los constantes disgustos de Luis Barriocanal con sus superiores educativos y la sorna de Carlos Cabanillas cuando nos cuenta la experiencia con los ordenadores en su comunidad extremeña (que también es la mía por nacimiento).
• Y todos os estaréis preguntando quién me inspiró la pregunta 6. Pues lo he estado pensando y no lo sé. Supongo que, con el resto de preguntas y respuestas, es fruto de la imaginación o de la constante lectura de vuestras bitácoras hermanas. La verdad es que todavía no he leído ese tipo de experiencias contada por un blogfesor o blogfesora. Ya os he dado una idea.

A todos ellos y a todos vosotros, gracias por vuestra colaboración.

(Entrada publicada originalmente en Páginas dispersas)